Saturday, September 23, 2006

micaelaalvarez

Aquello que dentro de nosotros quiere saber
y progresar no es la mente, sino algo que está
detrás de ella y que de ella se sirve.

Sri Aurobindo

La persona al centro del enfoque antropológico y como un ser social


Considerando que el concepto de persona ha sido ignorado por los antropólogos clásicos (Jacorzynski 2004: 109), y que queda pendiente una definición acorde al enfoque antropológico actual, considero que no es factible separar el concepto de “persona” de las nociones de cultura y comunidad, pues desde mi punto de vista, considero que las personas nos movilizamos o fluctuamos entre la dimensión individual y social, de manera permanente y nos retroalimentamos de ambas ciclicamente.
persona
comunidad
familia
sociedad

Bajo el riesgo de aventurar el concepto de persona como totalidad, y respecto a que motiva a la persona para mantenerse como ser social, planteo que es probablemente la búsqueda de una totalidad más amplia, que sólo se completa al estar en contacto con otras personas que conforman lo que llamamos “social”, y que forja una identidad como humanidad en la búsqueda de su Ser más íntegro, considerando la complejidad de cada persona. Sin embargo, cabe reconocer que no todas las personas avanzan en su búsqueda en total sincronia, sino como menciona Benkler, cada una tiene distintas motivaciones (económicas, psicológicas, reconocimiento social, etc.) que se manifiestan en distintos momentos de su existencia, día a día. Las posiciones que adoptamos las personas ante distintos hechos tienen que ver con nuestra historia y con nuestras condiciones de vida y motivaciones en el presente, que pueden impulsarnos a participar en acciones colectivas o replegarnos y quedarnos únicamente como espectadores.

Siempre queda la posibilidad de abrir espacio a nuestra fuerza creativa y contribuir a la producción social desde la motivación intrínseca que nos hace pensarnos en un plano de equilibrio con las otras personas, con quienes integramos la comunidad virtual o territorial.

Saturday, September 16, 2006

micaelaalvarez

micaelaalvarez

El placer más noble es el júbilo
de crecer y de comprender

Leonardo da Vinci


En estos días en que me he acercado junto con mis compañeras a mirar retrospectivamente los orígenes de la Antropología: los difusionistas, los funcionalistas, Malinowski, Raddcliffe Brown, M. Harris… y tantos otros personajes que han contribuido a la construcción de la “ciencia antropológica”, al leer los textos y escuchar la crítica de los uno a los otros; de cómo se van modificando los presupuestos teóricos, de pronto me he remitido a la imagen de una persona que ha roto con sus padres, pero en su proceso personal empieza a sentirse incómodo con su manera de relacionarse con el mundo, y buscando ayuda terapeútica se da cuenta de que está repitiendo ciertos esquemas aprendidos de sus padres, ¿Cómo puede cambiar eso?, ¿es necesario cambiarlo todo? ¿esos esquemas aprendidos aún tienen cierto valor o aplicación en el presente?... ¿cómo podemos cambiar los antropólogos -aún en formación- la tradición de la observación participante, el trabajo de campo, los supuestos teóricos adecuadamente construidos?...Estos se han tomado hasta ahora como herramientas vitales del antropólogo y en consecuencia, de la antropología. Desde mi punto de vista lo que se ha ido modificando ha sido la visión del mundo. Los padres de la Antropología, tenían una visión del mundo según la época, y adoptaron personalmente una postura conveniente para sus relaciones en aquellos años, es probable que si ellos estuvieran en el presente cambiarían sus planteamientos – o no-. Es una cuestión de decisión personal.

En nuestros días podemos disponer de los análisis de los aportes de los diferentes teóricos, y reconocer que a partir de su trabajo se han sentado bases para la continuidad –cada vez menos nítida- de la Antropología. Es una decisión nuestra como antropólogos en la actualidad, conocer esas teorías y es nuestra responsabilidad asumir un postura ante la compleja realidad que se nos presenta en la actualidad, y “con esos mimbres tejer nuestros propios cestos”, en una relación dialógica con nuestro objeto de estudio, dándonos cuenta que como personas tenemos nuestra propia cosmovisión que se entreteje con la cosmovisión de nuestro objeto de estudio, y quizá también debamos tener la claridad de que lo que vamos a conocer es apenas un fragmento de una totalidad, demanera que tengamos la visión de no aislar ese fragmento, sino de encontrar precisamente sus enlaces con la totalidad. Mi propuesta es al final de cuentas que lo que ya conocemos no interfiera en el momento del desarrollo de nuestra investigación e intentemos una relación lo más desprovista de juicios y prejuicios con nuestro objeto de estudio, sobre todo en el trabajo de campo, que al llegar nos despojemos de nuestras teorías y supuestos teóricos, como quien se despoja de una túnica; y nos pemitamos sólo un encuentro con el Otro.

micaelaalvarez

micaelaalvarez

El placer más noble es le júbilo
de crecer y comprender.

Leonardo da Vinci

En estos días en que me he acercado junto con mis compañeras a mirar retrospectivamente los orígenes de la Antropología: los difusionistas, los funcionalistas, Malinowski, Raddcliffe Brown, M. Harris… y tantos otros personajes que han contribuido a la construcción de la “ciencia antropológica”, al leer los textos y escuchar la crítica de los uno a los otros; de cómo se van modificando los presupuestos teóricos, de pronto me he remitido a la imagen de una persona que ha roto con sus padres, pero en su proceso personal empieza a sentirse incómodo con su manera de relacionarse con el mundo, y buscando ayuda terapeútica se da cuenta de que está repitiendo ciertos esquemas aprendidos de sus padres, ¿Cómo puede cambiar eso?, ¿es necesario cambiarlo todo? ¿esos esquemas aprendidos aún tienen cierto valor o aplicación en el presente?... ¿cómo podemos cambiar los antropólogos -aún en formación- la tradición de la observación participante, el trabajo de campo, los supuestos teóricos adecuadamente construidos?...Estos se han tomado hasta ahora como herramientas vitales del antropólogo y en consecuencia, de la antropología. Desde mi punto de vista lo que se ha ido modificando ha sido la visión del mundo. Los padres de la Antropología, tenían una visión del mundo según la época, y adoptaron personalmente una postura conveniente para sus relaciones en aquellos años, es probable que si ellos estuvieran en el presente cambiarían sus planteamientos – o no-. Es una cuestión de decisión personal.

En nuestros días podemos disponer de los análisis de los aportes de los diferentes teóricos, y reconocer que a partir de su trabajo se han sentado bases para la continuidad –cada vez menos nítida- de la Antropología. Es una decisión nuestra como antropólogos en la actualidad, conocer esas teorías y es nuestra responsabilidad asumir un postura ante la compleja realidad que se nos presenta en la actualidad, y “con esos mimbres tejer nuestros propios cestos”, en una relación dialógica con nuestro objeto de estudio, dándonos cuenta que como personas tenemos nuestra propia cosmovisión que se entreteje con la cosmovisión de nuestro objeto de estudio, y quizá también debamos tener la claridad de que lo que vamos a conocer es apenas un fragmento de una totalidad, demanera que tengamos la visión de no aislar ese fragmento, sino de encontrar precisamente sus enlaces con la totalidad. Mi propuesta es al final de cuentas que lo que ya conocemos no interfiera en el momento del desarrollo de nuestra investigación e intentemos una relación lo más desprovista de juicios y prejuicios con nuestro objeto de estudio, sobre todo en el trabajo de campo, que al llegar nos despojemos de nuestras teorías y supuestos teóricos, como quien se despoja de una túnica; y nos pemitamos sólo un encuentro con el Otro. Al menos podemos plantearnos la posibilidad con nuestra intención.

Saturday, September 09, 2006

micaelaalvarez

micaelaalvarez
San Cristóbal de las Casas, Chiapas
9 de septiembre de 2006
Hoy es el primer día
del resto de mi vida

Stanislav Grof

ACERCA DEL ESTADO DE LA ANTROPOLOGÍA COMO CIENCIA Y
DEL PAPEL DE ANTROPÓLOGO COMO PROFESIONAL EN LA SOCIEDAD


Cada ser humano, cada persona tiene motivaciones e intereses particulares que le acercan a la ciencia en la que desea formarse y participar profesionalmente. En mi caso, tuve mi primer acercamiento a la Antropología en 1986, a través de un diálogo continuo con el etnólogo Eugeni Porras, quien me motivó a conocer esta área del conocimiento, compartiéndome sus vivencias, logros y desazones con el pueblo huichol.

En esa etapa de mi vida había concluido mis estudios como Profesora en Educación Primaria, pero me resultaba dificil acomodarme a un esquema de vida determinado. Mi percepción del mundo, -mi mundo cercano y el contexto mundial- era de caos: crisis económicas, diferencias religiosas, diferentes categorías entre los países (primer mundo, tercer mundo), guerras, … me llevó a iniciar la búsqueda de una carrera que me ayudara en esa comprensión del mundo. Para ese entonces la Escuela Nacional de Antropología e Historia había dado un gran salto en la definición de su objeto de estudio, pasando de las sociedades “primitivas”, “salvajes” o “simples”: la otredad, a hacer de la propia sociedad que produce la ciencia antropológica su objeto de estudio; tratando de abarcar el conjunto de “fenómenos sociales”. Esta nueva concepción fue llevando a la Antropología a su interrelación con otras ciencias sociales como la Sociología, la Psicología, la Economía, entre otras, -que a través de estos años se ha ampliado dándole el carácter interdisciplinario que tiene actualmente.

Mi identificación con la Antropología se debe fundamentalmente a los esfuerzos que como ciencia realiza para comprender al hombre -como género humano- y a la sociedad como una totalidad, o tal vez una unidad cuya cohesión depende de cómo se suman o fragmentan sus partes.

Considero que la antropología como ciencia es una observadora constante de los cambios que se generan entre los actores sociales, sus relaciones, sus interés, sus motivaciones, sus contradicciones; y que a fin de cuentas trata de responder preguntas sobre el hombre y la socialidad, sobre la convivencia y la comunicación humana. La Antropología es a cada paso búsqueda-encuentro-búsqueda…cada vez vamos encontrando más elementos que necesitamos conocer, siempre habrá algo nuevo que aprender; es a fin de cuentas la búsqueda de un camino, de un tipo de vida que nos de esperanza como comunidad, como sociedad y como humanidad.

La Antropología como ciencia en si misma quizá sirva para crear nuevas corrientes antropológicas, nuevas argumentaciones, mayor cantidad de letras impresas y virtuales, pero considero que quien puede darle un carácter transformador somos quienes participamos en este acercamiento a la ciencia, no ignorando que vivimos en un país y en un mundo en crisis, y así al realizar nuestro quehacer como investigadores vayamos al encuentro de vivencias que tiendan puentes o nos abran puertas a otras alternativas, a otros senderos soñados, intuidos, posibles de ser transitados… buscando que de algo sirva esta manera de conocer(nos), dándole un sentido a cada nuevo texto que leemos, a cada nueva teoría que conocemos o construimos…

Wednesday, September 06, 2006

Bienvenidas a San Cristobal de las Casas
y a la
Maestria en Antropologia Social
Generacion 2006-2008